10 Consejos para evitar accidentes en el agua y ahogamientos

En todo manual del socorrismo acuático prevalece la palabra «ser proactivo», una capacidad de adelantarse a los acontecimientos para así prevenir posibles accidentes en el medio acuático y, en el peor de los casos, el ahogamiento de una persona o niño.

Para el usuario, lo mejor es adoptar una serie de medidas preventivas que le ayuden a estar formado o informado en cuestiones de seguridad, tanto en el mar, piscinas, parques acuáticos, ríos, embalses o lagos. Si bien es cierto que los medios de comunicación hacen hincapié en la época estival sobre los peligros que representa el agua, es la información directa y justo en la zona de baño o actividad acuática la que más impacto y resultado proporciona. Algunos ejemplos son los carteles, las banderas, paneles informativos, alarmas e incluso megafonía desde un punto de socorro.

bebé en piscina

A continuación y con tal de mejorar la prevención de los accidentes acuáticos, se citan los siguientes 10 consejos prácticos:

  1. Conocimiento e información básica de la zona de baño: No es lo mismo una piscina municipal habitual que una playa nueva al estar de vacaciones. Parámetros como presencia de mareas, temperatura, fondo, contaminantes, oleaje o corrientes son fundamentales para la supervivencia en caso de accidente y lo que es mejor: decidir cuándo y dónde bañarse, si se diese el caso.
  2. Nunca bañarse solo: si tu nivel de natación es básico, está totalmente desaconsejado. Si tu nivel es avanzado o estás realizando un entreno rutinario, es totalmente aconsejable (y casi obligatorio) un acompañante en mar y otro en tierra que pueda avisar en caso de problemas.
  3. No alejarse de la orilla: para cualquier tipo de nivel de natación, lo más recomendable es nadar en paralelo a la orilla, a pesar de la corriente que pueda haber.
  4. Habituar el cuerpo a la temperatura del agua: Hay que mojarse al entrar en agua pero de una forma progresiva mojando primero las muñecas, los hombros, la nuca, la espalda y por último pecho y extremidades. En caso de notar mucho frío o dolor de cabeza, hay que salir del agua inmediatamente.
  5. Evita comidas copiosas: Si tu cuerpo no está acostumbrado a entrar en el agua después de comer (muchos nadadores, monitores y socorristas sí lo están) es mejor esperarse entre 2 o 3 horas antes de proceder al baño y además realizarlo de forma progresiva. Evita también el alcohol en la medida de lo posible, pues con el calor y el exceso de ejercicio son la mayor causa de deshidrataciones y golpes de calor.
  6. Niños pequeños y Personas mayores controlados: los niños desconocen el peligro que puede suponer el agua y con muy poca profundidad pueden ahogarse. Siempre deben estar acompañados de un adulto. Si en el baño hay una persona mayor, también debe vigilarse ya que sus mecanismo de adaptación al medio son más inestables, o bien, pueden padecer alguna enfermedad que no sea compatible con un exceso de ejercicio físico.
  7. Si te encuentras en peligro, primero hay que calmarse y avisar. En estado de relajación es más fácil flotar, coger aire e incluso gritar o alzar la voz para pedir ayuda o gesticular con los brazos. Es muy importante la presencia de socorristas que cubran tu zona, pero confía en cualquier persona que venga a rescatarte sea dentro del mar, en espigones, en corrientes de río o atrapado o imposibilitado.
  8. No formes parte activa del rescate cuando eres tú la víctima. Solamente atiende lo que te diga la persona que acude a tu rescate. En muchas ocasiones, el reflejo desesperado por agarrarse ante una situación de ahogamiento perjudica seriamente el estado del socorrista y la forma de rescate. El socorrista adoptará la mejor postura o maniobra para sacarte del agua o mantenerte a flote, siempre conservando las constantes vitales.
  9. Si ves peligro activa la ayuda. Antes de decidirte si vas a ser tú el que rescate a la persona, asegúrate que hay un socorrista cerca. Como segunda alternativa, pide ayuda a otro bañista o que alguien te proporcione cualquier tipo de material inflable que flote. Es mejor ir con un complemento que no nadando solo. Recuerda que hay que volver y que la distancia a veces engaña.
  10. Hacer caso de todas las normativas e indicaciones en la zona de baño es primordial y la primera tarea que hay que hacer para comunicárselo al resto de la familia o acompañantes. Cumple con las normas de piscina en cuanto a saltos, juegos, correr fuera del agua y el cumplimiento de las normas de higiene. En playas, considera la bandera como un semáforo que permite el baño. No bucear si no se conoce el fondo. No bañarse si no conocemos la fauna que habita en la zona, e infórmate de mareas, corrientes, tramos y recorridos de embarcaciones, señalización acuática, algas, rocas y cuevas.
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