Con la llegada del verano o con altas temperaturas, nuestro cuerpo sufre una serie de cambios a los que no todos respondemos con la misma velocidad. La sudoración aumenta y las venas se dilatan con el fin de mantener la temperatura corporal normal. Lo ideal sería que estos cambios se dieran paulatinamente hasta acostumbrarnos a las nuevas condiciones ambientales.
El golpe de calor se produce cuando nuestro organismo es incapaz de contrarrestar una subida de la temperatura corporal como consecuencia de las altas temperaturas ambientales o por la deshidratación. Cuando el termómetro “aprieta” en verano, hemos de prestar más atención a los niños, ancianos, enfermos crónicos y mujeres embarazadas, ya que estos grupos de población son los que más suelen verse afectados por las altas temperaturas. Es importante detectarlo a tiempo y actuar con rapidez para evitar problemas mayores.
Los síntomas que pueden darnos idea de que una persona está sufriendo un golpe de calor son los siguientes:
- La sudoración desaparece.
- La piel se enrojece y está caliente.
- Disminuye la tensión arterial.
- Aparecen náuseas y vómitos.
- Mareos, dolor de cabeza, incluso pérdida del conocimiento.
- Taquicardia, pulso rápido.
Frente a estos síntomas, hay que llevar a la persona a un lugar fresco y con sombra, que esté bien ventilado. Si está muy abrigada, quitarle las prendas que se puedan. Mojar la nuca, la frente y las axilas puede ayudar a disminuir la temperatura corporal. Darle agua lo más rápidamente posible, en pequeños sorbos y cada pocos minutos, siempre y cuando la persona esté consciente. En el caso de que no mejore o sigua aturdida, acudir a urgencias para que un médico actue.
¿Qué podemos hacer para evitar los golpes de calor?
- Vestir prendas de algodón o lino, de colores claros, para que la piel transpire.
- Protegernos del sol con gorras o sombreros.
- Beber líquidos, aunque no se tenga sed, cada media hora para evitar la deshidratación.
- No exponernos al sol durante mucho tiempo, procurando resguardarnos a la sombra.
- Si viajamos en coche, hacer paradas cada hora aproximadamente.
- En casa, procurar mantener una temperatura ambiental que no suba de los 25º C. Para ello, mantener las persianas bajadas durante el día y abrir las ventanas por la noche.
- Refrescarnos con una ducha cuando nos sintamos “agobiados”.
- Hacer comidas ligeras, que incluyan vegetales, frutas y zumos.
- Evitar hacer ejercicio al aire libre en las horas de más calor.
Diferencias entre una insolación y un golpe de calor
La insolación es motivo de una exposición prolongada al sol o la realización de un trabajo en ambiente caliente. Se pierde agua y sales minerales, y al afectar a los músculos se tiene una sensación de cansancio, agotamiento y deshidratación. Aun así, la persona tiene la piel roja, caliente y sudorosa. Incluso puede tener dolor de cabeza, náuseas o visión borrosa.
En cambio, en el golpe de calor el organismo no ha podido combatir este calor con sus mecanismos de termorregulación y el propio cuerpo dedide “abandonar” y fijar un único objetivo: enviar sangre al cerebro. Por eso, la piel está seca (ya no hay mecanismos que hacen sudar) y el pulso es rápido pero débil. La respiración empieza también a ser rápida, más superficial y pueden haber convulsiones e incluso alteración de conciencia.
Tratamiento y actuación en caso del golpe de calor
Para ambos casos, como se ha comentado anteriormente, debe trasladarse a la persona a un lugar más fresco y la sombra. Se cogerán trapos empapados con agua y se refrescará el cuerpo, sobretodo por las zonas dónde pasan los vasos sanguíneos más grandes (ingles, axilas, pecho, cuello) y darle agua en caso de estar consciente la persona. En caso de que la persona no esté consciente o sufra convulsiones hay que llamar a los servicios de urgencias, aunque hay algunos pasos que una persona puede realizar:
- Aflojar la ropa de la persona (incluso en casos de bañador-pantalón)
- Colocar a la persona en posición lateral (de seguridad, PLS)
- No sujetar a la persona. Si se quiere evitar que se muerda la lengua, puede ponerse un pañuelo en la boca.
- Si eres testigo de ello, fíjate muy bien cómo son las contracciones, el estado de los ojos y cuánto tiempo duraban las convulsiones. Será de gran ayuda para el equipo médico.