La insolación es consecuencia de una exposición al sol prologanda en el tiempo, sea por ocio (playa, piscina, campo, ejercicio) o por trabajo (ambiente muy caluroso).
La persona pierde agua y sales minerales y entra en un estado de deshidratación a nivel general.
La temperatura corporal aumenta y la piel está roja, caliente y húmeda. La persona tiene dolor de cabeza, suda mucho y está cansada. Se puede llegar a las náuseas , la visión borrosa e incluso perder el conocimiento.
Por ello, es muy importante que el afectado se aleje del sol y se mantenga a la sombra y en un ambiente templado o más fresco, evitando un contraste de temperatura considerable.
Posteriormente, se deben mojar compresas o ropa y pasárselas por el cuerpo, muy especialmente en aquellas zonas donde se encuentran las arterias y los vasos sanguíneos más grandes: ingles, cuello, pecho y las axilas preferentemente.
Si la persona responde correctamente y recupera la conciencia, se le puede administrar agua fresca en pequeñas dosis. Una vez se tenga la sensación de recuperación, es aconsejable acudir a la asistencia médica más cercana para realizar una revisión.
¿Cómo actuar cuando se tiene un golpe de calor?
El golpe de calor, que suele confundirse con la insolación, es un trastorno más grave.
Si la insolación continua o la persona fuerza cada vez más su grado de deshidratación (o pasa de un ambiente muy frío a uno muy caliente), los mecanismos de termoregulación (todavía presentes en la insolación como el sudor, por ejemplo) se paran y dejan de funcionar. Ahora solamente llegará sangre al cerebro.
Es una situación de alto riesgo y que requiere una actuación muy rápida ya que se puede llegar a una situación de peligro de muerte.
¿Cuáles son los síntomas del golpe de calor?
- La persona tiene la piel roja y caliente, pero no suda.
- Su piel está seca y esto es lo que debe tener en cuenta para diferenciar ambos transtornos y conocer la gravedad de la situación.
- Existe un pulso rápido pero débil y una respiración muy superficial.
- Es muy similar a un estado de shock, además la persona puede convulsionar.
¿Cómo tratar un golpe de calor?
Si no se ha podido evitar el golpe de calor, entonces actuaremos deprisa y al igual que la insolación llevaremos a la persona a un ambiente más fresco y a la sombra.
Mojaremos con compresas las mismas zonas que hemos citado anteriormente y le daremos agua en caso de que esté consciente.
Si presenta convulsiones, éstas no se deben parar y no debemos sujetar a la víctima.
Eso sí, evitaremos que se lesione y aflojaremos su ropa.
Si se prolongan, es conveniente actuar igual que en los cuadros convulsivos, introduciendo un pañuelo o algo blando en la boca para que no se muerda la lengua y comprobar siempre que la vía áerea sigue abierta.
Se vigilarán los signos vitales y si la convulsiones van a menos, entonces colocar a la víctima en posición de seguridad o PLS. La persona deberá recibir atención médica urgentemente.
Si deseas más información médica sobre el golpe de calor puedes consultar aquí.