Cuando a un niño se le diagnostica alergia la leche y sus derivados es normal pensar en los productos más frecuentes como el queso, la nata, el yogurt, la mantequilla y los helados, entre otros.
La leche y los productos lácteos también se encuentran ocultos en muchos alimentos y esto puede ocasionar reacciones alérgicas de forma contínua e inesperada si se desconoce la causa que lo está originando.
Por lo general, hay que estar muy atentos a los productos comerciales y saber leer correctamente el etiquetado. En la mayor parte de estos alimentos, aparece la palabra “no lácteo” para indicar la ausencia de leche, crema, nata o mantequilla. Esta etiqueta, no indica de forma clara que existan otros ingredientes que contengan trazas de leche y aquí tenemos el problema.
¿Qué hay que leer en las etiquetas de los alimentos?
Para evitar posibles disgustos, se deberá leer el etiquetado y no consumir aquellos alimentos que contengan algunos de estos ingredientes:
- Caseína o caseinatos (E-4512, E-4511)
- Grasa de mantequilla
- Hidrolizado de suero lácteo, proteína de la leche o de caseína
- Aroma de mantequilla articial
- Lactoglobulina
- Lactoalbúmina o fosfato de lactoalbúmina
- Suero lácteo aunque sea sin lactosa o desmineralizado
¿Cuáles son los alimentos que no debe tomar un niño alérgico a la leche?
Si no se han realizado test de alergia específicos, el médico no ha dictaminado algo en particular o el etiquetado de un producto lo ha dejado bien claro, hay que suprimir de la dieta la siguiente lista de alimentos:
- Leche y variantes (leche condensada, leche en polvo, leche descremada y fórmulas para bebés).
- Carnes y fiambres procesados, incluyendo salchichas
- Chocolate con leche
- Papillas y “potitos” que contengan leche
- Productos lácteos (queso, cuajada, batidos, turrón, nata, helados, yogures, mantequilla,…)
- Cereales precocidos o preparados a base de lácteos o caseína
- Bollería industrial y confitería (galletas, magdalenas, donuts, pastelitos,…)
- Batidos de fruta (pueden contener leche)
- Carne de vaca (en la mayoría de los casos)
Alternativas a la leche de vaca disponibles en el mercado
La preocupación en un niño alérgico a la leche es doble: por un lado, la propia reacción alérgica y por otro, que necesita una fuente de calcio acorde a su edad y sus necesidades nutricionales.
Aunque un niño no pueda tomar leche de vaca debido a su alergia, podrá mantener una alimentación equilibrada a base de otro tipo de leche como la leche de soja o la leche de almendras. De las dos, la de almendras es la menos nutritiva y quizás más recomendada en adultos. En todo caso, siempre hay que consultar primero al alergólogo o al propio pediatra para que proporcione una fórmula correcta en base al crecimiento del niño o bebé.
En cuanto a la carne de vaca, el niño tiene otras alternativas para alimentarse como es la carne de cerdo, cordero, conejo o pollo. Si el calcio en la dieta no es suficiente, se puede recurrir a otras fuentes como son las judias verdes, coliflor, brécol, gambas, almendras o las sardinas.